Las intenciones son parte de nuestra energía vital.
Desde nuestro núcleo, nuestro caudal de energía interna,
ponemos en movimiento fuerzas que queremos ver manifestadas en el mundo y de este modo intencionamos: un baile donde la energía
física, emocional y psíquica se ponen en movimiento.
Las intenciones pueden aplicarse a cualquier aspecto de nuestra vida: podemos intencionar cambios y transformaciones en nuestro plano psíquico, emocional, en nuestra energía física
disponible, y en cada situación específica.
Cada intención es una expresión de un deseo interno, manifestado en el plano físico
concreto.
La intención es la fuerza detrás de cada uno de nuestros despliegues
personales y de la vida diaria: ahí donde actuamos sin saber cómo lo hicimos, ahí
donde manifestamos una expresión profunda al exterior para liberar una emoción
retenida.
A veces puede resultarnos difícil conciliar una intención precisa, o bien, tener
extractos de información de estas intenciones que todavía no encontraron su forma
organizada.
Lo que más recomendamos en estos casos es hacer un tipo de
brainstorming personal, de profunda charla con unx mismx, analizando las fuerzas
motivadoras detrás de nuestro deseo y ampliando así nuestra conciencia sobre la
intención, lo que nos dará un acceso mayor a esta.
No todos somos conscientes al mismo tiempo de toda la cantidad de experiencias
que ocurren dentro nuestro.
Observar, analizar, llevar un registro diario de nuestras experiencias es una buena manera de estar a tono y en contacto con la infinita cantidad de vida que nos recorre.
La intención se encuentra entre los espacios intermedios de toda esta consciencia: es la fuerza primaria, que nos lleva al cambio, a la transformación de aquello que no queremos más en algo nuevo, una forma nueva, un cambio profundo.